“LA PESA” de ANASTASIO GARCÍA

Teresa, dame la pesa.

                               ¿Qué quieres? ¿La mesa?

No, Teresa, la pesa que está en la mesa.

                               ¿Qué pesa?

La pesa de María, la portuguesa.

¡Ay, Teresa! ¡Últimamente el entendimiento te pesa!

                               ¡Hay que ver lo que pesa la pesa!

Ponla aquí, en la mesa, o si no ahí en la artesa…

                              Ten la pesa y pesa.

                              Pesa el jamón, pesa el  tomate, pesa la fresa o

                              pesa la frambuesa.

¡Ay Teresa! ¿Ves todo lo que pesa la pesa?    

Anastasio García García

Rabat, 20 de enero de 2013.

Improvisado mientras volvía de mis compras…

“LA FALSA ESPERANZA” de NAJATE ZIZI

El parto tuvo lugar en una época en que no había todavía ecografías para saber con antelación el sexo del bebe. “Es un chico”, dijo la enfermera, pero no se oía el esperado grito de vida.

¿Cómo la espera de nueve meses de un embarazo tan deseado puede acabar en tragedia? ¡No podía ser! Los esfuerzos físicos y el cansancio del nacimiento se volatilizaron para ser sustituidos por una ola de decepción y de dolor cercano al desmayo. A ello, le siguió una intensa rabia contra las circunstancias del sufrimiento del feto muy a pesar de la urgencia de la asistencia médica.

¿Cómo anunciar la triste noticia al padre que se hallaba pudriéndose en la cárcel por su opinión política y arrestado justo después de la concepción del bebe (una concepción decidida en aquel entonces con alegría y responsabilidad)? Me es imposible olvidar mi última visita a la cárcel, día en que mi marido me despidió con mucha ternura, afectado por haber visto mi vientre abombado y tras recomendarme que aguantara por los dos durante el parto, al cual él no podría asistir. La felicidad que compartíamos desde el noviazgo iniciado dos años antes se hundió y el luto se instaló con toda nuestra impotencia. Sin la solidaridad y el amor de mi familia, el fracaso podía ser total y fatal.

Y de repente, el rey murió y la esperanza de una liberación de los prisioneros políticos se dibujó en el horizonte. Pensé entonces que la mejor venganza contra el destino sería la de volver a concebir otro bebe.

¡Inchallah!

Najate Zizi

Rabat, 15 de enero de 2013.

Micro-cuento a la manera de Réquiem…

“DESNUDARTE” de ABDELKRIM TADILI

Te he desnudado con el aliento,

volador en el cielo como un águila

o colérico como un volcán.

Te he desnudado con la mirada,

que atraviesa nuestros corazones

y despierta nuestros sentimientos.

Te he desnudado con la sonrisa,

que calienta nuestros cuerpos

y nos hace felices.

Te he desnudado con un beso,

leve y suntuoso.

Te he desnudado con las flores.

Te he desnudado con lágrimas.

Te he desnudado con poemas amorosos.

Pero aun así no me basta…

Más allá de la vida

quiero decírtelo con la naturaleza...

Más allá del amor

quiero decírtelo con el universo…

Abdelkrim Tadili

Rabat,noviembre- diciembre de 2012.

Poema basado en “Te quiero” de Luis Cernuda.

“EL INMIGRANTE” de SABAH BENJELLOUN

Mohamed sale del bar muy triste, muy deprimido.

Se repite todo el día: ¿Por qué? ¿Por qué le tratan de esa manera tan humillante en el bar?

¿Qué le diferencia de los otros clientes del bar?

¿Será su vestimenta? Pero va vestido como cualquier europeo.

¿Su olor? Se ha duchado antes de salir de casa esta mañana.

¿Su acento al pedir el café? Habla muy claro.

Mientras se le cruzan estas ideas por la cabeza, encuentra a su colega de trabajo José, con quien mantiene una buena relación; y le cuenta lo que le ha pasado. José le reconforta y le dice que no debe dar importancia a esa gente racista que se comporta de esa manera tan vergonzosa con los inmigrantes y que olvidan que muchos españoles, hasta hace poco, eran ellos mismos inmigrantes en otros países. Lo más importante, le dice su amigo José, es que esa gente no entiende que toda la humanidad está basada en el acontecimiento de la inmigración. Si no hubiera habido inmigración, ni siquiera el café habría llegado jamás a España porque no habría sido jamás importado de África, Asia o Latinoamérica; el té tampoco habría sido importado de China; ni el algodón habría venido de Egipto; ni el gas habría sido trasportado desde Argelia… ¡Ni la pizza habría venido de Italia!

Tras estas palabras, José invita a Mohamed a tomar un café en el mismo bar donde él ha estado esta mañana. Le resulta muy curioso que la camarera se comporte de manera tan respetuosa con los dos clientes… ¡Hasta el patrón le ha sonreído!

Sabah Benjelloun

Rabat, 29 de noviembre del 2012

Microcuento inspirado en el cortometraje titulado“3 euros”.

Ejercicio basado en la tarea de “Escribir un microcuento de temática social”.

“EL BELLO Y LO IMPREVISIBLE” de ABDELLAH EL HASSOUNI

Como cada tarde y tras el duodécimo golpe de medianoche, dejó la taberna, su tercera morada después de su hogar y su club de musculación. Pero como era sábado, se sentía muy alegre y se tambaleaba en aquella calle mal alumbrada aunque tan recorrida. Con los compañeros de la obra, habían brindado tanto como pudieron por ese futuro próximo en el que ya no habría más árabes malos o africanos negros que bombearan el aire y el trabajo.

De repente, al querer evitar a un gato color ébano que había brotado delante de él no sabía de dónde, cayó en una alcantarilla bastante profunda. Se rompió las piernas y algunas costillas y murió en atroz delirio, hasta el punto de que no llegar sentir las dentelladas de las ratas agrupadas a su alrededor.

En el cielo, allí arriba, continuaba divagando, añorando su muerte tan súbita. Él, el musculoso, el bello rubio tan orgulloso de ser así. Al llegar el momento, después de una espera bastante larga y penosa en una cola donde todas las razas estaban mezcladas, penetró en la sala de interrogatorios. Había preparado algunas respuestas a un cierto número de comportamientos que juzgaba al límite de lo razonable, pero a la vista del ángel de la inquisición, perdió el discurso. El ángel era totalmente negro, negro hasta en las alas, cosa que nunca hubiera imaginado en vida.

Abdellah El Hassouni

Rabat, 31de diciembre de 2012

Microcuento tenebroso

“RESCATE CIEGO” de RKIA OKMENNI

Me asomé al balcón al despertarme. A las siete de la mañana hay muy poca gente en la calle y solo circulan autobuses y algunos coches con las luces todavía encendidas. Vi a lo lejos cuatro jóvenes que andaban no por la acera, sino por la calzada, ligeramente por la derecha. Formaban una hilera y caminaban arrimados el uno al otro por los brazos. Noté, sorprendida, que avanzaban rígidos, con la cabeza un poco levantada hacia arriba y con sus pasos sincronizados hacia la misma dirección en que yo me encontraba. Testigo de aquella inconsciencia ante el peligro, pensé que quizás era una nueva forma contestataria. Y decidí quedarme sin desayunar hasta que pasaran muy cerca, simplemente por curiosidad, esperando que ningún vehículo les golpeara como si se trataran de simples bolos. Cuando llegaron a mi altura, me di cuenta de que eran tres invidentes dirigidos por una persona que veía y que los ayudaba mediante palabras y por el contacto de los brazos de los cuales se agarraban con fuerza.

Justo antes de girar en el ángulo de la calle siguiente, el guía volvió la cabeza para constatar  que no venía ningún vehículo detrás de ellos. En ese instante, sin darse cuenta, pisó la tapa de una alcantarilla ya defectuosa que se abrió de repente como para tragarlo. Entonces se dio cuenta de que él mismo corría un peligro inminente. De inmediato sus pies no sintieron contacto alguno con el suelo. Presentía su caída en el fondo del hoyo, pero la sujeción casi dolorosa bajo las axilas y los codos le indicaba lo contrario. Sus pies pisaron de nuevo el suelo. Se dio cuenta, sorprendido y lleno de admiración, de que sus compañeros invidentes, al sentir que perdía pie, lo habían asido fuertemente por los brazos salvándolo así de una caída inevitable.

Rkia Okmenni

Rabat, 02 de diciembre de 2012

Microcuento

“RETÓRICA ESQUIMAL” de JESÚS BARBARITO

a ti que cometiste “La Neige Negra”

Debo respetar el oxímoron.

Consentir antonomasias polares.

Decir por ejemplo que la nieve me inflama.

Que enfatiza los ardores de mi cuerpo entumecido.

Sin embargo afirmar que me enerva.

Las palabras se han hilado como sucios pleonasmos.

Huellas zigzagueantes de trineo.

Surcos sobre el hielo que no indican el camino.

El destino de algún reno trashumante.

Onomatopeyas de esquimal.

A larga sólo he conseguido agrandar esta bola de eufemismos.

Me da por ignorar las hipérboles boreales.

Tiro al rincón el abrigo.

Me descalzo.

Ya en la calle con el pelo desobediente.

Me fulmina la sinestesia ejemplar.

Entonces compongo en la mente un paisaje de acacias.

Pero aquí la metonimia tampoco reverbera.

Con tal de no castigarme recurro a los diminutivos.

La cataplasma de anáforas personifica al invierno.

Igual los versos tiritan de constipados.

El resfrío no era simple esputo de academia.

Ahora puedo permitirme un calambur.

Este hipérbaton desabrigado. 

Al fin y al cabo también en francés puede ser negra la nieve.

Jesús Barbarito.

 (Participante de los talleres realizados en el I.C. de Moscú desde 2002 hasta 2005)

Colaboración del autor para nuestro blog.

Moscú, 14 de febrero de 2007

“BAJO CERO” de JESÚS BARBARITO

Se le abren los poros y enseguida caigo en la trampa.

Los agujeros no pasan de ser cartas marcadas.

Monótonos huecos de un juego de labios.

Burbujas evaporadas.

Resulta curioso que aún gorgotee mi nombre.

Ese eco percutiendo obstinado en el vacío.

En oquedades simétricas.

Por la vena yugular exploro la temperatura.

Las manos no se dignan desplegarse.

El frío es tan intenso que endurece las palabras.

Y es como quedar desguarnecido a la intemperie.

Me basta con que lea algún poema derretido.

Leerle los secretos que hay debajo de la escarcha.

Volatizarnos al calor de nuestros cuerpos.

Descongelarnos el alcohol de las mentiras.

Desde la última nevada me doy a coagular los orificios.

A bajo cero sellar las brechas heladas.

Cavidades abiertas donde me aguarda la trampa.

El cancán de una noche irresistible.

Toda mención de una guerra cualquiera se congela en el acto.

Caigo por fin.

Estoy siendo conducido por el vértigo de la caída.

Indolente después desparezco por los poros.

Nada puede invertir el esquema.

Nada es capaz de reponer mi consistencia.

Nada salvo resbalar con la frívola alegría de la nieve.

Jesús Barbarito.

 (Participante de los talleres realizados en el I.C. de Moscú desde 2002 hasta 2005)

Colaboración del autor para nuestro blog.

Moscú,  31 de enero de 2007

“C A R D I O G R A M A” de JESÚS BARBARITO

Qué corazón el que tengo.

Ni yo mismo logro entenderlo

lo desangra una flor

y esclerosa al momento.

Brama.

Galopa turbado y sereno.

Arritmia profusa.

Mezquino silencio.

Cuando retumba arrebata mi pecho.

En cuanto calla,

estoy casi muerto.

Qué corazón es el mío.

Indulgente, severo.

Deshonesto y leal a la vez

Temerario.

Cohibido.

Muchas veces amado.

Otras tantas deshecho.

Adiestrado para el dolor.

Fácil para el olvido.

Qué corazón.

Cómo entenderlo.

A la par colapsa en su hoguera

toda paz

toda guerra.

Jesús Barbarito.

 (Participante de los talleres realizados en el I.C. de Moscú desde 2002 hasta 2005)

Colaboración del autor para nuestro blog.

“REHABILITADO” de JESÚS BARBARITO.

              ...hasta me parece divertido:

es rotunda la clarividencia del espejo.

He crecido. Cierto. Mengua el cuello.

Lo confirman categóricos mis huesos.

En el calcio restaurado de los dedos.

Lubricado como nunca el esqueleto.

Ciegan los destellos de mi pelo.

¡Valga Dios. Qué molleros!

Carne de primera. Libre de pellejos.

El botón de la camisa estrangulándose en mi ombligo.

La sangre oxigenada borbotea como el Volga.

Arremeto como un toro juvenil

a valquirias y amazonas.

En el beso bien plantado -  consecuente.

En las mañas principales -  convincente.

En misiones especiales - concluyente.

Nada invento.

He dejado de fumar.

Soy eterno

Jesús Barbarito.

 (Participante de los talleres realizados en el I.C. de Moscú desde 2002 hasta 2005)

Colaboración del autor para nuestro blog.

Moscú, febrero de 2004.

“DALE TALLER” de JESÚS BARBARITO

Dale taller

a los grumos de barro.

Con la arcilla tremenda

duro taller.

Fragua. Paciencia.

Crisol

para licuar los metales.

Por bruta que sea la piedra

se curte también

en taller

Cabeza. Manos y pies.

Yeso. Cuarzo

ablandado.

Alma que no esculpe el cincel.

Corazón que no puede latir

desangrado.

Dale taller.

Mucho taller

a la tiranía del consuelo

a la vida sin futuro

sin pasado.

Jesús Barbarito.

 (Participante de los talleres realizados en el I.C. de Moscú desde 2002 hasta 2005)

Colaboración del autor para nuestro blog.

Moscú, 2007.

“SOBRE LOCOS Y CUERDOS” de JESÚS BARBARITO

Cuando se viene de vuelta

uno ve tan nítidas las cosas / que son muchos

los que te tildan de loco.

No hay respeto para con tu lucidez.

Ninguna conmiseración

con quien tuvo la fortuna

de haber tocado fondo.

Hasta el juicio más sensato lo convierte a uno en blanco de burlas.

 

No es lo mismo cuando se está yendo.

Cuando en lontananza sucumbimos al hechizo

de nuestros propios molinos de viento.

Cuando milagros y promesas

no dejan de ser sempiternas doncellas

que abanican espejismos

con escasa convicción.

Mientras se va para allá todo es fácil / coherente.

Todo está provisto de sentido.

Apenas si uno logra percatarse de esta orgía de locuras

en la que estamos viviendo.

Para quien regresa

ya no valen imposibles hidalguías

ni temerarias proezas.

Sólo cuenta esa cordura.

La razón de agradecer que alguien te regale

un poco de alegría

Jesús Barbarito.

 (Participante de los talleres realizados en el I.C. de Moscú desde 2002 hasta 2005)

Colaboración del autor para nuestro blog.

Moscú, 2012.